Harold Pitney |
En realidad, se trataba de ‘humanizar’ las muertes. Y, en ese sentido, la silla eléctrica de Harold P. Brown suponía un avance respecto a las fórmulas anteriores: se ubicaban un par de electrodos en la cabeza de la persona que iba a ser ejecutada y, haciendo uso de una de sus extremidades, circulaba la corriente eléctrica por el cuerpo de la víctima sin mayores problemas, logrando un desenlace limpio, rápido y sin dolor.
La primera ejecución con silla eléctrica tuvo lugar el 26 de agosto de 1890 en la Prisión Auburn, en Nueva York, con el reo William Kemmler como triste protagonista. En la misma ciudad y de igual forma murió en 1899 Martha M. Place, la primera mujer que probó la silla eléctrica.
Actualmente, la silla eléctrica está prácticamente en desuso, dando paso a otros mecanismos de ejecución como la inyección letal.
Primera silla eléctrica |
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