
No es nada nuevo, pero seguramente que muchos quedareís sorprendidos al enteraros de que hace no mucho tiempo en Australia se pensó exterminar a la población de camellos salvajes que habitaban la zona. ¿El motivo? no es otro que la repercusión proveniente de las ventosidades de este animal.
Según los expertos los camellos emiten 45 kilos de metano al año, lo que equivale a una tonelada de dióxido de carbono, en términos de gases invernadero. En otras palabras, 1.200.000 camellos contaminan tanto como 300.000 coches circulando 20.000 kilómetros al año.
Un dato insignificante en comparación con los gases vertidos a la atmósfera por parte de las grandes fábricas; aunque como siempre los más indefensos son los que sufren las consecuencias.
Y vosotros....¿Qué opinais sobre esta medida?