A todo el mundo le gusta relajarse en un balneario, entre piscinas de agua caliente, agua fría, con distintas salinidades, etcétera. Pero, ¿Desde hace cuanto tiempo se conoce la existencia de este tipo de fuentes de relajación? ¿Quiénes fueron sus principales precursores históricos?
Etimológicamente la palabra balneario proviene del latín balneae que significa "baños" y, aunque los romanos lo pusieron definitivamente de moda, su origen se remonta a cientos de años atrás. A nadie le extrañaría pensar que los propios hombres primitivos se bañaran en aguas termales calentadas con el propio calor terrestre, aunque una de las primeras evidencias de la existencia de este tipo de lugares se remonta varios siglos antes del nacimiento de Jesucristo. Alrededor del siglo V a.C., en el valle del Peloponeso, se estableció la ciudad-estado de Epidauro, declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en 1988 y que comprende, además de diversos monumentos y templos, un teatro y un balneario. La propia organización otorgó el título de Patrimonio Mundial por ser un "testimonio excepcional sobre los cultos terapéuticos de la antigüedad grecorromana".
Sin embargo los romanos fueron los más grandes impulsores de estos centros de esparcimiento y descanso. Allí donde llegaban aquellos grandes conquistadores, instalaban unos "balneae". El hecho de bañarse ya no solo se entendió como sinónimo de pulcritud y limpieza, sino como sitio de recreo donde también se realizaban masajes, incluyendo esencias y aceites especiales para lograr una mejor relajación.
FUENTE: Muy interesante
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